El ciclo circadiano desde una vista disruptiva

Source: https://iluminet.com/el-ciclo-circadiano-desde-una-vista-disruptiva/

Date: 31-08-2023

El término «reloj biológico» se refiere al ciclo inherente de nuestro cuerpo, donde los órganos y el cerebro alternan entre estados de alerta y reposo. Este ciclo comienza al amanecer, cuando experimentamos una sensación de energía para realizar diversas actividades, gracias a la producción de cortisol y adrenalina, entre otras hormonas. Al atardecer, sentimos cansancio y deseos de dormir debido a la liberación de serotonina y melatonina, culminando finalmente en un estado de somnolencia al anochecer que favorece el sueño.

La literatura científica establece que la temperatura de color de la luz, tanto al amanecer como al anochecer, emitida directamente por el sol a unos cálidos 2700K aproximadamente, dispara la producción de estas hormonas. Esto se debe al efecto del tono rojo de la luz en nuestro cerebro que nos despierta. Horas más tarde, una temperatura de color fría, alrededor de los 5700K correspondiente al mediodía solar, nos mantiene activos con nuestro punto máximo de energía. Al final del día, la misma apariencia rojiza de la luz cálida genera la hormona del sueño.

Los análisis en campo de la temperatura de color del sol al mediodía varían dependiendo de la latitud. Por ejemplo, en México tenemos alrededor de 5700K. En el amanecer y al anochecer, la luz directa del sol medida con un espectrómetro tiene una temperatura de color aproximada de unos cálidos 3500K, con un característico color naranja. Esto coincide con la información del ciclo circadiano en relación al CCT. Hasta aquí todo parece coherente.

Sin embargo, aunque el comportamiento de la luz directa del sol corresponde a lo establecido por la literatura científica, surgen discrepancias cuando realizamos mediciones en campo de la luz difusa. Al comparar los datos de la luz directa con los de la luz indirecta procedente de la atmósfera al amanecer, se obtienen algunos resultados interesantes. Por ejemplo, a medida que hay más luz directa, la temperatura de color aumenta. En el caso de la luz difusa, se aprecia en primer lugar que los niveles de esta luz aumentan de manera desigual en relación a la luz directa. En segundo lugar, la temperatura de color presenta un efecto contrario al esperado. En lugar de pasar de un color cálido a un color frío conforme el sol alcanza su cenit, las mediciones indican lo opuesto.

En la luz solar indirecta, los resultados de las mediciones entre la intensidad luminosa y la temperatura de color al amanecer y al anochecer arrojan que la tendencia en el cambio del CCT muestra un patrón de comportamiento similar en los 2 momentos del día: la temperatura de color es inversa en relación con la intensidad de la luz, tanto al amanecer como al anochecer. Dicho de otra forma, entre menor sea la cantidad de luz mayor será su temperatura de color.

Por tanto, el concepto de ciclo circadiano que tenemos de manera natural podría estar más relacionado con la cantidad de luz ambiental que con la temperatura de color presente en la luz. Días más brillantes y noches más oscuras ofrecen una hipótesis más congruente con lo que produce un saludable ritmo circadiano que la actual concepción, la cual plantea que este ritmo está altamente relacionado con la CCT cálida que con la cantidad de luxes recibidos por el ojo.

Un cambio de paradigma en la concepción del ciclo circadiano, pasando de un «cambio de temperatura de color» a un «cambio en la intensidad de luz», podría resultar en un sueño más reparador, un sistema inmunológico más eficiente y otros posibles beneficios como el control de la presión arterial y la diabetes, entre otros aspectos, como lo señala Adam Lilien de Underwriters Laboratories (UL) en una entrevista exclusiva.

La actual concepción de la relación entre el ciclo circadiano y el cambio en el CCT ha llevado a que muchas empresas vendan productos basados en la información popular, como luminarios y diversos sistemas que cambian la CCT. Sin embargo, lo correcto sería que, junto con el cambio de una luz fría a una luz cálida, también disminuyera la intensidad de la luz de forma gradual hasta alcanzar una oscuridad total que simule el atardecer. En el caso de ser utilizada como despertador, se debería hacer lo contrario, pasando de una luz tenue muy cálida a una luz intensa de temperatura fría.

Este cambio de paradigma en lo que respecta al desencadenante del ciclo circadiano tendrá consecuencias en la industria de la iluminación, implicando una reconfiguración de la proporción y configuración de los LED y la programación del controlador. Además, requerirá una interfaz diferente, pues ahora el cambio de temperatura deberá incluir una rampa de atenuación. Esto no significa que se deba prescribir una temperatura cálida o fría en un entorno específico basándose en un estándar fijo, dependiendo de la tarea o del lugar donde se encuentre. En lugar de ello, se debería considerar otros elementos requeridos para un diseño de interior que concuerde con la teoría del color y el objetivo psicológico de tener una sensación de relajación o activación según sea el caso.

 

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